lunes, 16 de junio de 2008

El dilema de siempre...

Llevo literalmente años tratando con este dilema... no precisamente mío, a mi me queda bien claro el camino a seguir, pero... mmm...
Escribir un blog, te convierte en "texto en vitrina" si bien lo que escribes es enteramente lo que se te da la gana, te puede leer igual tu papá, tus hermanos, tus abuelos, tu novio, tus amigos, tus ex-amigos, los que creen que son tus enemigos... casi casi hasta el Papa (si se le diera la gana, claro) la cosa es que tus pensamientos, sentimientos, desiciones y actividades se vuelven públicas y criticables.
Hasta cierto punto, ese es precísamente el objetivo de escribir un blog, si lo que escribieras no fuera público, lo escribes en tu diraio en papel, lo codificas, le pones candado, lo metes al congelador abajo del pastel de Navidad y dejas que le crezca una capa de hielo al rededor.

Sin embargo, aunque lo que pones es cosa tuya, le pese al que le pese y le plazca al que le plazca, siempre existe la opción de que algún (a) maniaco (a) bipolar se tome a pecho tus textos y como cree que el mundo gira a su alrededor, y que tus pensamientos son solo para ella (o él), se toma las libertades de mandarte mensajes molestosos anónimos, claro, porque su cerebrito es tan chiquito que si le alcanza para mandar mensajes, pero no para firmarlos (como si hiciera falta... a cuántas personas TAN ardidas pedes conocer?)

Luego entonces, vienen desiciones: 1.- dejas de escribir en tu blog, 2.- le haces caso y eliminas comentarios alusivos a cualquier tema que la (lo) pueda confundir, 3.- te vale madres y sigues con lo tuyo...
Como yo soy yo... siempre he optado por la 3, así que: Intento de mujercita, si quieres, puedes dejar de leerme, porque no es para ti! Hace años que no tienes nada que ver en nuestra vida, así que llégale.

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