martes, 26 de octubre de 2021

Competir?

 Me ha pasado siempre. 

Nunca lo digo en voz alta. 

No me gusta competir. No me gusta para nada.

Me parece un vicio innecesario. Cuando yo compito, gano. Cuando no gano solo estoy jugando a que otro me gane, y entonces me parece aburrido, pero no lo digo, porque me parece que a quienes les gusta ganar de verdad les gusta! Y les dejo el gusto de vencerme, aunque me aburra. Y no lo digo, nunca digo que "les pierdo", porque me parece grosero, innecesario. Me parezco malcriada, presumida, narcisista, incómoda... y mejor no gano, ni siquiera compito. 

Estan, y son los más, los que no saben perder. Los que pierden y se enfadan, pierden y  se pierden, y me odian si les gano. Eso es lo que menos me gusta de ganar. Perderlos. Obviamente a quienes quiero perder les gano a propósito, tantas veces como sea necesario hasta que se pierdan. Pero tampoco me resulta divertido, solo útil.

Y ya no compito. Cuando creas, no es necesario competir. Cuando vas haciendo lo tuyo no hay ni meta ni medida, ni siquiera soledad. 

Solo pido que no me estorbes, porque voy a competir contra ti, y voy a ganar, y si no sabes perder, te voy a ganar tanto como necesite ganarte para perderte.


Besos a quien NO compite.

Nada para el resto.

domingo, 17 de octubre de 2021

A 6 meses...

 Tanta cosa ha pasado... tanto se ha crecido y aprendido... Sobre todo de, como siempre, observar a otros seres humanos.

Unos son tan carentes que se les tiene que obligar a ser responsables, otros tan ególatras que si se les rompe el espejo apenas se van dando cuenta que hay otros seres humanos en el planeta, otros tan dadivosos que nunca guardan para sí... Y así vamos, saliendo de pandemia, seguimos pisoteando a otros, seguimos peleando por tonterías, seguimos haciendo lo propio sin notar lo ajeno. Merecemos la siguiente pandemia, merecemos ser aniquilados, merecemos.

De Dios casi no se habla, de la verdad, ni se diga, pareciera que ya no existe, las familias se reorganizan prefiriendo a las elegidas que a las consanguíneas, las acciones ahora se ven, todas, casi con absoluta transparencia, a casi nadie le da miedo decir la verdad a voz alta, como debe de ser (ojalá aprendan algunos).

La vida va, la familia crece, los ejegidos continúan, los cortados... que se corten!

Lo que sé hoy es que la justicia es divina, y que Dios me quiere a mi. Cuídate, porque yo tengo mucho trabajo cuidando a los míos como para cuidarte a ti también.


Besos para quien sabe amar.

Nada para el resto.

Del Santo Evangelio según San Juan 12, 44-50

  Seguimos de pascuas!! Hace un par de días, una gran amiga nos preguntaba, ¿logramos recordar cuál fue nuestro primer miedo? Toma un segu...