viernes, 6 de junio de 2008

Anoche soñé que...

Unos sueñan que vuelan, otros que brincan, otros que son perseguidos por vampiros... yo, para variar, soñé que cantaba... aunque claro no era el tema principal del sueño, pero si lo más emocionante.
Yo iba subiéndome en un tren de pasajeros, asientos rojos, ventanas amplias, se veía perfecto el andén y muuuucha gente... pero muuucha!! un verdadero y franco chingo de gente... muchos iban a despedirse, unos pocos se subían para viajar, mucho equipaje, el ruido de velices contra las paredes del vagón, gente hablando, muchos se conocen, se saludan, unos buscan a otros, grupitos para allá, grupitos para acá... yo iba sorteando chamacos en los pasillos tratando de llegar al vagón del fondo... cuando me vi reflejada en una de las ventanas ay no manches... si yo nunca uso vestidos... y menos negros... sombrero y todo... creo que me equivoqué de siglo... y ahí te voy... con mi bolso en mano, vete tu a saber si dejé mi equipaje en paquetería o si lo olvidé en mi casa, caminando hacia el último vagón... las personas pequeñas se quedan en los vagones del frente, quiero pensar, porque entre más camino, más adultos encuentro... menos ruido, más atentos... -buenos días, -buenos días, *inclinada de cabeza y todo el show*...
Cuando allá a lo lejos en uno de los compartimentos cerrados escucho algo familiar... alguna de esas rolas que ensayas y ensayas y que a dos acordes ya sabes no solo qué canción es, sino en qué parte va y cómo sigue la letra. No porque me sintiera fuera de lugar dentro del tren, pero al escuchar la música esa mi corazoncito se calma... ese calorcito que te empieza en la garganta y te quita el frío de cualquier mañana de enero... me acerco a la puerta cerrada, toco... y al instante las demás personas que estaban en el pasillo voltean como si yo estuviera cometiendo el peor de los asesinatos... los miro de reojo... guardan silencio los de adentro... se abre una cortinita y veo un rostro -hoy desconocido- pero que se sonríe conmigo como si no nos hubiéramos visto en diez años... supongo que yo lo conocía también porque no solo le sonrío, sino que al abrir lo abrazo con singular alegría y lo beso y todo... otras muchas personas dentro del privado sentaditas cómodamente en los sillones rojos... ya dentro eso parece más una sala que un compartimento privado de tren, supongo que así es la magia al menos la de los sueños... a todos saludo, a todos conozco... y me tardé tanto esta mañana en contarles porque yo tenía la certeza en la mañana que todas esas personas eran mi gente, al despertar sentí de verdad que los conocía a todos, y ahorita pasado el medio día, recuerdo muchos rostros, pero ninguno familiar, y seguro con ninguno de ellos me la he pasado horas en ensayo.
Continúa el canto, cada quién su parte, perfecto, sin errores -solo pasa en sueños-... uno por ahí medio levanta un dedo para darnos las entradas o marcar pausas... ningún instrumento... mientras cantamos vamos acomodando bolsos, velices, mi vestido todo esponjoso se atora en todas partes... siento que debí llevar jeans, pero no... me quito el sombrero (EL SOMBRERO!! ASI O MAS FUMADO?) y me siento al lado de aquel que me besó al entrar sin dejar de cantar...

Recuerdo otro cacho pero les cuento en la noche porque mi jefe me aclama...

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