miércoles, 30 de julio de 2008

Deja que el lodo seque.

Hoy hay dos...

UNO
Hace algún tiempo leí en algún sitio (que exacta ando hoy no?) una frase que adopté y hoy la uso casi a diario: "Deja que el lodo seque." que se refiere a no actuar en el calor del momento, al menos no con enfado.
La historia completa cuenta que dos amigas salieron a jugar, una de ellas (A) llevaba un vestido muy bonito al que cuidaba mucho, la otra (B) le ensució el vestido con lodo. "A" se enfadó mucho, le gritó 3 cosas feas a "B", se llevó su vestido sucio a su casa y su abuelita (siempre sabia como todas las abuelitas) le dijo que dejara secar el lodo antes de quitárselo, y que fuera a disculparse con su amiga.
El caso es que en ese momento de enfado, en el que te desespera que hasta tus amigas salgan con alguna mensada, no puedes hacer más que dejar que seque el lodo, porque no vas a perder a una amiga por un accidente, ni por una reacción mal pensada. Solo queda aguardar a que los lodos sequen, los corajes se pasen, las palabras se moderen, y la amistad prevalezca.
Que no significa tampoco que yo me descosa en cariñitos verdad?? Igual los zapeo.

DOS
El fin de semana perdí un disco que yo armé. Bueno, no lo perdí, sí sé dónde está... pero no lo tengo yo ni lo voy a recuperar. Así que me di a la supertarea de regrabarlo, repensé qué canciones quería, cuáles mejor me saltaba... y me encontré una: "No hay palabras" (se las pongo en la noche que ahorita no tengo acceso), que explica por qué las palabras no alcanzan, a veces, para casi nada. Y como sigo en versión cursi, les dejo la letra y otra ranita.

No son en sí la realidad
son hermosas palabras que sólo lograrán
ser dibujo inexacto del paisaje interior
son tan sólo los ecos de la emoción.
Hay sentimientos que no tienen voz
porque no caben dentro de una explicación,
son el verso callado que nunca encontrará
la palabra precisa en la que llorar.

No hay palabras para entregar
lo que ofrecen las manos cuando se ha de amar
ninguna palabra, no; ninguna oración
embellece el poema de esa sensación.
Pobres palabras que no serán
más que copias de un cuadro, no el original;
sólo en ese silencio que se adivina en la voz
sonarán las palabras de la emoción.

No hay palabras para expresar
lo que pesa el vacío de mi soledad;
ninguna palabra, no; no hay ninguna oración
que interprete la obra de una sensación.

No hay palabras para entregar
lo que ofrecen las manos cuando se ha de amar
ninguna palabra, no; ninguna oración
embellece el poema de tu sensación.

No hay palabras para confesar
lo que pesa el vacío de mi soledad
que se vuelva palabra ese desnudo del ser
y que entregue el discurso que guardo en mi piel,
pero no son en sí la realidad
sólo bellas palabras.

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