Hay partidas que se anuncian, y sin tener la intención, provocan una lágrima, a mi ver, merecida, ganada. El 30 del mes pasado Aura partió hacia mejores sitios, no sin antes despedirse, como todo caballero hace siempre.
Mis condolencias a quienes, de cerca, deja atrás.
lunes, 4 de agosto de 2008
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2 comentarios:
Las despedidas son vitales, tristes, tristes como sólo lo pueden ser ellas...
Todos somos hijos de una lágrima.
Gracias por escribir.
Ahhh esas despedidas inevitables que como duelen poruqe son sinceras, pero sabemos que en algún momento tendrán que llegar, lo malo que uno nunca está preparado.
Saludos
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