lunes, 18 de abril de 2011

El parque

Levantada temprano en domingo, desayuno a las carreras, llegando primeritos... aunque nada empezó de verdad hasta que La Princesa dijo "Ahora si, hasta aquí llegué, me voy a morir ahorita en la bajada" con su cara de seriedad y resignación al verse amarrada en el carrito de la montaña rusa, yo con mi cara de risa (o de si, tienes razón, nos vamos a morir!) le dije con toda calma "Nadie se ha muerto aquí! no vas a ser la primera, solo ponte flojita y no se te olvide respirar".
Éste es el tercer viaje al parquesote en su vida, y cada vuelta ha ido anotándose una palomita de logro. La primera, bien chiquita se subió bien macha al bongi, la segunda se aventó sola bien macha a nadar con los delfines, ahora en la montaña rusa... no quiero ver la próxima vuelta porque la que se va a morir del supiritaco voy a ser yo.

Comimos más o menos, pero con hambre todo sabe a gloria, bebimos poco, pero sin ganas de dar vueltas al baño, así que llegando yo podía beberme un par de litros de lo que fuera. Compré un popote de azúcar para profesionales, sabe medio raro, pero se ve lindo. Me faltaron los chocones, un scooby doo de peluche y un algodón de azúcar del que traigo antojo desde hace ya un ratote y que no he encontrado a mano.

Hay que regresar pronto a subirse a los juegos rudos, espero que mi pompi y mi espalda se recuperen pronto para treparme a todo.

Besos para... para el Gerardo ese que nos encontramos y que no recordamos su nombre, mucho gusto... para el fulanito que me sacó del carrito de la montaña rusa después de sobrevivir la primer vuelta... para los que nos guisaron las hamburguesas salvahambrientos... para los aztecos que se hicieron ojo de hormiga cada que se acercaban... y para mis acompañantes todos porque la pasamos súper.

Hoy solo necesito una tina para tomar un baño caliente con espumita y quedarme ahí dormida hasta que se me arruguen los deditos.

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Del Evangelio según san Mateo 11, 28-30

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