Ver a mi amiga del alma siempre reconforta.
Que se acuerde de lo que le dije, libera.
Que me traiga lo que extrañaba, apapacha.
Que le pida a otro que me ayude, enfada.
Sabe que el de la ayuda nomás no va a mover un dedo, y que va a cuestionar hasta que le diga "ay ya olvídalo, no gracias", me caga. Aunque ya sé lo que va a hacer, me caga. Porque ni ayuda, porque ni le importa, y porque lo único que piensa es cómo safarse.
OkOk flaca, tienes razón, mi regalo reconforta más que Fulano. SORPRENDENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario