La Princesa se alimentó de aceitunas en ese periodo de su vida acuática. Aceitunas solas de botana, en la sopa, en la pizza, en las tortas, en los tamales, en el pozole, en las ensaladas, no adornaban los pasteles porque ya hubiera sido exageración, pero se reservaban para después del postre.
Ahora Taribol, como que no había decidido la base de su dieta balanceada, hasta hoy, que conoció el surimi. Esa pasta que venden en forma de barritas congeladas, algunos les llaman "cangrejo" pero es pescado hecho puré y procesado en tiritas pintadas de colorado en un lado. Su nuevo paladar se ha decidido por ésta cosa, espero nutritiva, que a mi (al menos) me deja sin la angustia de la poca comida antes del surimi. No cebolla, ni jitomate, ni mayonesa, ni crema, ni galletas saladas... solo las barritas éstas como salchichas crudas recién salidas del paquete. Hasta nuevo aviso, será la base de su dieta.
He dicho.
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