sábado, 27 de diciembre de 2008

De refilón

Así en versión de chisme, y como claro que no me gusta el chisme (ajáá!) me enteré que el-que-no-debe-ser-nombrado fué a casa de la Reina Madre en Navidad, se estuvo ahí un par de horas, contándole sus penas y tragedias, explicando que en la vida le va de la shit... y me quedé pensando... el pobresito vendía droga en casa de sus amigos, insultó a sus hermanos, nunca hizo un chiste agradable, nunca dijo una palabra de aliento... pero eso si, cada vez que se iba a su casa eran horas de crítica contra el resto de la humanidad acompañados de unas pedas históricas, y ahí estan las consecuencias, una vida vacía donde no te quieren ni tus hijos, tus hermanos no te hablan, tu madre no puede salvarte ni de ti mismo... y se cumple aquello: La justicia es Divina, y Dios me quiere a mi (no, a ti no, a mi solita). Querido innombrable, feliz año nuevo.

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Del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37

  Hoy toca hermanos y hermanas, un evangelio bien rudo!! Antes de entrarle de lleno, quisiera que hablarles un poquito de la empatía. No...