martes, 28 de abril de 2015

Entraficada

Hoy me quedé varada en el tráfico, bloqueado por una bella manifestación. Hora y media parada ahí en medio de la nada... qué le haces?

Mientras en el radio, un programa hablando de los controladores, como si la piedra hubiera esperado a que el sapo llegara :P

Y no, no lo niego, soy SOY controladora, me guuuusta controlarlo todo.

Y si, me reprimo algunas veces solo por el placer de ver a otro batallar y perder el control. Y me gusta sonreír al que me avienta el coche, solo para ver su cara de desconcierto. Y me gusta presionar a quien sé que puede lograr más si se controla mejor. Y me gusta que eso haga pensar a algunos que soy mala, aunque no lo sea (tanto). Y me gusta controlar el nivel de maldad que los demás creen que tengo. Y me gusto yo tanto... pero tanto tanto... que me guiño al espejo en las mañanas cuando apenas me levanto.

Y luego de hora y media de filosofía automovilística, se destrabó la cosa y salí de ahí rumbo a la oficina, sabiendo que el nivel de maldad de mi jefe es superior al mío y no me iba a regresar a casa.



Besitos a los controladores.
Solo dos, porque el control lo tengo yo.
Nada para el resto.















Besitos a quienes saben que pez no come pez.

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Del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35

  RESPIRA   Seguimos de pascuas!! Oigan, éste Evangelio parece como que muy sencillo no? Siempre digo eso y nunca resulta tan sencillo...