domingo, 13 de junio de 2010

De noche

Las obras de teatro siempre han sido una forma de ver y vivir algo que no existe, que dura un par de horas y al cerrar el telón todo vuelve a la normalidad.
Participar de una nunca había sido tan difícil, sobre todo escuchar el diálogo de los demás actores sabiendo que solo solo es eso, un diálogo que no existe en verdad. Fue lindísimo todo, perene como ninguna otra obra.

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 21-24

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