Un solo pasador

Hace como siglo y medio... años más, años menos... estudiaba ballett... bueno no... estudiaba danzas folklóricas, esas sí las estudiaba, y como parte de la preparación nos daban dos clases de ballett a la semana.
Teníamos una maestra "rete vieja", ya se había jubilado del ballett y ahora solo podía dar clases, la "rete vieja" tenía ya como 30 años, pobre ruquis... al punto!! el punto es que no podíamos faltar a la clase sin puntos menos, no podíamos llegar tarde a clase sin puntos menos, no podíamos llegar con el uniforme incompleto sin puntos menos, no podíamos llegar con las zapatillas mal amarradas sin puntos menos pero sobre todo, sobre toooodo, no podíamos llegar sin chongo, bajo pena de los puntos menos (que en realidad eran lo de menos) más un sermón que duraba toda la clase.
La instrucción del chongo es de lo único que me acuerdo, vete tu a saber qué músculo utilizaba para pararme en puntas, no me acuerdo que me costara trabajo, pero hoy, a mis 543 años, mejor no lo intento porque me rompo... el chongo!!! el chongo!!! lo prohibido era: gel, spray, ligas, donas, chonguera; lo permitido era: UNO O DOS PASADORES y ya... sanseacabó... nada más... y el chongo tenía que aguantar el brinco y brinco y sudores y vueltas y lo que fuera hasta que terminara la clase de dos horas.
Bien padre no!?!?! Pues si, aunque no lo crean es bien padre, podría apostar mi dedo meñique a que hoy todas las de esa clase nos podemos peinar (cuando queramos peinarnos, porque creo que a ninguna nos quedaron ganas) con un solo pasador en un chongo que nos dura todo el día.

Hoy, siglo y medio después, me peiné de chongo con un solo pasador.

Besos para la señorita Erika, la super maestra del ballet que yo creo que hoy si ya ha de estar bien ruquis jejeje.