jueves, 3 de septiembre de 2009

Del enfado a la tristeza

Desperté creo que solo para extirparme la sensación...

Antes me daba el coraje del mundo cuando en mis contadas emergencias nadie me ayudaba, y como fuera que fuera, las tenía que solucionar yo. Un tiempo tuve una intención de autosugestión para creerme que puedo depender de alguna otra persona, al menos durante una emergencia, claro, sin tenerla realmente, porque en mi obsesión de control, pocas emergencias se presentan.

Hoy que tuve la emergencia del año, de nuevo tuve que solucionarla yo sola... el coraje (que era más bien rabia) no apareció, pero si alguna sensación mezclada de tristeza - angustia - decepción - melodije - yanilachingan... llegué por fin a casa como pude y dormí... y ahora despierto sintiéndome mejor, con la necesidad de dejar eso atrás y con la conciencia de tener que crecer otro cachito.

Mi próxima emergencia, que hoy ya sé solucionaré yo sola, vendré aquí para dejarme un aplauso, por no haber tenido ni rabia, ni tristeza.

Besos muchos para mi y nadie más, porque hoy me los gané y nadie más me los va a dar.

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Del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35

  RESPIRA   Seguimos de pascuas!! Oigan, éste Evangelio parece como que muy sencillo no? Siempre digo eso y nunca resulta tan sencillo...