martes, 27 de octubre de 2009

Hasta hoy...

No cabe duda que las horas siempre dejan que el lodo seque.
Si ayer hubiera hecho lo que hoy seguiría siendo un mar de lágrimas... hoy solo soy un par de ojos húmedos. :(

El fin de semana fue el más movido que he tenido en mmmmuucho tiempo.
Porque uno, cuando llega a cierta edad, espera con ansia loca el fin de semana para descansar, dormir temprano, levantarse tarde, buscar el silencio de la soledad o la compañía del abrazo, pero de vez en cuando llegar muerto de cansancio el lunes al trabajo no tiene precio.

Amigos, fiestas, personas nuevas, eventos, extraños rituales, muchas fotos...
El sábado me perdí durante 3 horas... 3 horas!!! en algún sitio sureño de esta ciudad loca donde a las personas no les gusta colocar letreros con los nombres de las calles, y de pronto, por iluminación divina (y un bienaventurado letrero) di con la fiesta, con muchos abrazos, bienvenidas extrañas que mi corazón había olvidado hace mucho, la hemos pasado de maravilla.

En días de chillo fácil, de finales, de cambios y días lluviosos, no hay como un fin de semana así.

Besos a Luis, Jordi, Ale, Jaime, Erick, Martín y sus familias, que me hicieron sentir como en casa desde el viernes y hasta el domingo.

Y de paso, gracias a todos aquellos que nunca me recibieron así, que nunca me hicieron parte de sus vidas, de sus amigos o sus familias, porque sin eso hoy no podría sentirme tan tranquila, y dejar atrás esa sensación de rechazo-bienvenida-a-fuerzas, o como me dijeron varias veces, yo-no-quería-pero-ya-estás-aquí.

No hay comentarios:

Del Santo Evangelio según San Juan 12, 44-50

  Seguimos de pascuas!! Hace un par de días, una gran amiga nos preguntaba, ¿logramos recordar cuál fue nuestro primer miedo? Toma un segu...