Reencuentro

Como cada año, al acercarse el cumpleaños nos llamamos, llegas puntual, esperas paciente como el caballero que eres, de esos que se hicieron a la antigua y que ya no existen más que tu.
Se prepara el destino y se marca la ruta, solo por si no me gusta y quiera modificarla.
Nos hacemos un resumen anual, como desde hace más de una década. Esta vez no estamos conformes con la historia del otro, los 'debiste', 'pudiste' y 'si tan solo' aparecen entre oración y oración, así que en vez de postergar el siguiente resúmen al año entrante acordamos entregar historias cada mes al menos.
Los otros ya se perdieron, sus historias los llevaron por caminos alejados a los nuestros, o tal vez los nuestros nos alejaron de los suyos. Ya no estan cerca los gemelos que no eran gemelos, los que se juntaron, los que se quedaron calvitos, los que se tatuaron, los que siguen en el mismo cajón de muñecos del que todos salimos hace tanto. Nos damos cuenta de haber pasado por más de lo que teníamos planeado, que hemos perdido el rumbo, que nos hemos permitido demasiado permisos... debemos regresar, revisar los propósitos y recalcular el rumbo, debemos corregir caminos, confirmar objetivos.

Así, termina mi café con Rick, sobre asfalto con deseo de aire. Poquísimas son las personas con quien se puede llamar al pan: pan, y al vino: vino.

Espero de verdad que el amor que nos une continúe creciendo otros 15 años, o 30... y nos deje un día revisar los caminos hacia atrás, con la certeza de haber llegado al objetivo primero: Crecer amando.