Saben que éste evangelio lo repetimos dos veces al año? Solo aparece
en Lucas así que, aunque ahora estamos leyendo a Lucas, no siempre coincide,
pero siempre lo leemos, y cada vez que lo analizamos, que lo entendemos, salen
cosas diferentes, salen homilías diferentes, salen oraciones diferentes. Hay
varias razones para eso, pero hay una que me gusta mucho, y es que nosotros
mismos somos diferentes, no me refiero a lo obvio, que tú y yo somos personas
diferentes, si no a que nosotros mismos somos diferentes a los nosotros mismos
del año pasado, de la vez pasada que nos tocó leer éste mismo pasaje del
evangelio.
Primero quisiera hacer notar una cosa, y es que en ningún lado Jesús le
pide a Martha que deje de hacer las cosas, que deje de servir. Porque no se
debe dejar de servir, las personas nacemos para servir, para ser útiles en
algo, en lo que sea que te guste, en lo que sea que te salga mejor, en lo que
sea que se necesite. Aunque hace notar que lo importante es lo que está
haciendo María, que es escuchar primero.
Vamos a llevarlo a una parábola actual.
A quienes vivimos en la ciudad de México nos han tocado varios sismos
fuertes, varios terremotos. Los dos terremotos más recientes son el del 85 y el
del 17. En ambos casos, la tierra se sacudió, muchos edificios colapsaron, y
muchas personas quedaron bajo escombros.
En ambos casos fue terrible.
En ambos casos, los mexicanos hicimos: 1ro, salimos corriendo para
salvarnos, y 2do corrimos de regreso para ayudar.
Después del sismo del 85, se generaron protocolos de seguridad, nos
detuvimos a escuchar, aprendimos, nos entrenamos, hacemos simulacros, tenemos
recursos preparados siempre “por si acaso sucede”. Puede ser que tengas una
mochila con copia de tus documentos, puede que tengas una parte de tu despensa
preparada para varios días, puede que tengas un botiquín de 1ros auxilios mucho
mejor preparado del que tenías en 1984. Porque nos detuvimos, escuchamos,
aprendimos, y eso nadie nos lo puede quitar.
Ahora, nadie dijo que estando preparados, cuando sucedió el sismo del
17 nos quedamos igual, quietos solo escuchando y mirando, NO!! Salimos a
ayudar, actuamos cada quien aportando lo que sabía hacer mejor, y sobre todo:
LO QUE SE NECESITABA HACER.
Todos, desde el ingeniero que revisa el suelo de la construcción, el
arquitecto que diseña, sí espacios bonitos, pero espacios resistentes sobre una
ciudad donde sabemos que va a temblar algún día, el personal médico que sabe
que aún saliendo de turno, si hay una emergencia de gran magnitud no queda más
que dar media vuelta y regresar al servicio, tu y yo, que no somos ni bomberos
ni enfermeras (bueno, algunos aquí sí son, pero los que no somos), sabemos qué
hacer, cómo, cuándo, dónde, y si no sabemos, NOS DETENEMOS, ESCUCHAMOS, Y
ACTUAMOS.
EN NOSOTROS hay una María que se detiene a escuchar y aprender, y
TAMBIÉN hay una Martha que se remanga y actúa, y hace lo que sea que se
necesite para servir.
La tarea de hoy es encontrar el momento para ser María y el momento
para ser Martha, y no renegar si te toca ahorita ser una u otra.
Que Dios nos ayude con eso.
Besos a las Marías que saben escuchar, y a las Marthas que saben actuar.
Nada para los que solo se quedan viendo sin hacer nada.
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