Hoy quisiera rescatar unas palabras de la exégesis de la Madre Clara Malo para éste Evangelio, que son muy cortitas, y cito:
“Alégrate”. Con ésa palabra irrumpe Dios en la vida de María, y en la
nuestra propia. Cada palabra del ángel es una invitación a la confianza:
alégrate, no temas, Dios está contigo, ha puesto en ti su mirada, te ha devuelto
su gracia.
Aunque no sepas cómo, el poder de Dios te cubrirá con su sombra y
protección. El Espíritu de Dios actuará en ti.
Y recuerdo también algo que comentamos en un grupo de oración muy
bonito en el que participo.
Casi siempre, cuando escuchamos del Evangelio palabras así de bonitas,
nos imaginamos toda la escena, en nuestra mente, o al menos en la mía, luego me
cuentan cómo apareció en su imaginación, baja un ángel enorme todo iluminado, con
unas faldas enormes, con varias capas de crinolina, se le aparece a María y le
habla súper bonito, y luego de leer esto, o de escucharlo, volteamos a muestra
propia vida, y como que no ha pasado. A mí no se me ha aparecido nadie con
faldas largas con 3 capas de crinolina, a mí nadie me ha hablado en verso, no
he estado dentro de una nube de diamantina escuchando una vocesota que sale de
una nube. Y entonces siento que a mi no me ha llegado ningún recado, para mí no
era el mensaje. Se lo dijeron a María, y solo María actuó en consecuencia. Y
sí, eso pasó, y estuvo súper bien, porque sin María no tendríamos a Jesús, ni
salvación, ni estaríamos aquí ni nada.
Lo bonito de poder tener éste librito a la mano, de que esté en nuestro
idioma, lo bonito de hacer esto, de reunirnos en nombre de Dios y darle un
repasito a todo lo que está escrito aquí, es que vayamos entendiendo que todo
éste recado escrito en los 73 libros de la biblia, son para ti mi amor. Y es un
recadote!! Por eso lo vamos dividiendo en pedacitos, para irle entendiendo de a
poquito en poquito. Hoy te dice a ti: Alégrate”. Y así como irrumpe Dios en la
vida de María, hoy que irrumpa en la tuya. Alégrate, no temas, Dios está
contigo, ha puesto en ti su mirada, te ha devuelto su gracia.
También sé que llegarle a los talones a María es una tarea de toda la
vida, pero esa tarea solo puede empezar si TU LE RESPONDES A DIOS con las
mismas palabras que usó María:
Aquí estoy, que se haga como Tú dices.
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