Hay muchas cosas que hago hoy día.
Tengo el taller virtual, el taller presencial, el curso presencial, el curso virtual, preparo la celebración de la Liturgia, tengo un concierto en puerta, una posada, una comida, una cena, otra posada...
Además lo del trabajo, y antes que todo, mi familia.
Y a todo invito, a todos los eventos y sucesos... y ya me da flojera lo de invitar y anunciar. Parece que les tengo que rogar a mis amigos mochos que vayan a misa, o a mis amigos fiesteros que vayan a las reuniones, o a quien sea a que vayan a donde sea. Estoy a 5... 4... 3... de desinvitar a todos y llegar solo yo y ver a quien conozco allá.
Tengo una sensación de "me chocas".
Si quieres llega, si no, ya no te espero.
Nada para el resto.
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