miércoles, 5 de noviembre de 2025

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

 Hoy Jesús suelta fuertes declaraciones!

Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo...

 Pareciera que Jesús quiere que abandonemos a la familia, que carguemos cruces y lo sigamos, y si no fuera así, que mejor tiremos la toalla. Podríamos entenderlo así, si solo lo oyes y no le escuchas.  Agarrarle la onda a los Evangelios, o bueno, a toda la biblia, es complicado, porque nos hace pensar, y hay muchos a quienes nos da flojerita pensar y leemos la biblia pensando que es una receta, y que hay que seguirla de forma literal. La tarea es pensarle, vamos a pensarle a ésta, porque está bien fácil.

 Ya habíamos hablado antes del amor que Dios siente por nosotros, es un amor puro, completo, perfecto, nos llama por nuestro nombre, nos perdona todo de lo que nos arrepintamos y nos concede todo lo que pidamos. Hasta aquí, creo, espero, que ésta parte ya la tengamos clara porque la vimos hace tiempo en el curso de Kerigma, que es el de iniciación, es decir, para empezar a entender la biblia, tenemos que tener ésta parte bien clara y segura en nuestra mente y en nuestro corazón. Ahora… hay otra parte, en otro momento de la historia de la biblia, que es muy popular porque es el momento crucial de la historia de Jesús, aparece en Juan 13, 34, dice: (Germán) lo dice durante la última cena que tiene con sus discípulos, que son los últimos minutos en que habló con calmita con ellos, y habló de amor. De nuevo habló de amor, no del amor que él nos tiene, si no del amor que deberíamos tenernos entre nosotros.

 Ahora, regresemos al evangelio de hoy, en que nos dice muy claro que debemos seguirlo a él antes que a nadie, ni siquiera a nuestra familia o amigos, a nadie antes que a Él. Y en ésta instrucción nos podríamos confundir, porque pareciera que Jesús se pusiera celoso de otras personas, pareciera que es medio celoso pidiendo que primero a Él, y a nadie más, y no, ésta instrucción es de sígueme a mí primero, porque cuando lo seguimos, cuando le ponemos atención, cuando entendemos cómo nos quiere, CÓMO nos quiere, y si le hacemos caso cuando nos dice ámense unos a otros como yo los he amado, entonces APRENDEMOS a querer a los demás.

 Dios nos ama mucho, pero mucho no es el único adjetivo, Dios nos ama libres, nos ama felices, nos ama seguros, nos ama triunfadores, pero también nos ama cuando estamos tristes, cuando estamos enojados, cuando sentimos miedo, cuando nos equivocamos, cuando nos sentimos derrotados. Seguirlo primero a Él significa entender esto primero, para que cuando nos diga Él mismo que nos tenemos que amar como él nos amó, entendamos que entre nosotros nos debemos amar cuando somos libres, felices, seguros, triunfadores, y también debemos amarnos cuando estemos tristes, enojados, temerosos, cuando nos equivoquemos y cuando nos sintamos derrotados.

 Ésta instrucción de seguirlo primero a Él no es para que Él sea más Dios que antes, Dios es Dios siempre, con o sin nosotros, creamos en Él o no, porque Dios es todo y no nos necesita, si no al revés, ésta instrucción es para beneficio de nosotros mismos, y nos la da porque nos ama tanto que quiere que sintamos ese amor cuando entre nosotros nos amamos, nos queremos, nos cuidamos, nos acompañamos, nos apoyamos. Nosotros somos como un cable que conecta el amor de Dios desde el cielo hasta alguien que ande medio desconectado.

 

Y que Dios nos ayude con eso.














Besos a quienes intentan amar a todos con todo.
Nada para el resto.

No hay comentarios:

Del santo Evangelio según san Mateo 3, 1-12

  Uuuuffff!! Hoy las lecturas y el Evangelio tenían palabras complicadas, y cuentan historias como de película no?? A veces, en las lectur...