martes, 13 de mayo de 2025

Del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35

 El Evangelio de hoy parece como de esos que no son de la vida real, sino de la vida mística, porque como que habla de lo que no se entiende.

Sin embargo… es muy sencillo. Y todo depende de tu ojo, y de tu corazón.

 

En aquel tiempo, la gente… así empieza, cuando el tiempo? Ya sé que queremos decir “HOY”, porque Ram nos tiene muy aleccionados con eso, pero en serio, cuándo está sucediendo éste evangelio? Cuando Jesús ya había resucitado, y la gente estaba con el “y ahora qué sigue” en la boca, esa parte de incertidumbre que todos tenemos cuando las cosas cambian mucho. Y está bien, es normal. La gente buscaba algo físico, algo que se pudiera ver, algo a lo que se pudieran aferrar, como cuando vas en el metro y va muy rápido y te urge agarrarte del tubo para no caerte, eso buscaban, algo que se sintiera firme.

Entonces le preguntaron qué nos vas a dejar? Cuando hubo otro cambio bien fuerte, que fue cuando Moisés nos sacó de Egipto y nos llevó al desierto, Moisés nos dio maná, Jesús les dice, no, no, no, espérate, no te me confundas, el maná no te lo dio Moisés, te lo dio Dios, abusado!!

Dios no da pancitos como bolillos, da pan que te llena de vida, y qué pensaron todos? Aaahh pues de ese pancito quiero!! Y la confusión seguía, porque Jesús sabía que Él mismo era ese pancito que llena de vida, pero no era un bolillo, ni galleta, ni nada físico. Jesús es MÁS que eso, es vida misma.

Y esa es la parte mística, porque no se ve, no se puede tocar, no huele, no hay bolillo, no hay tubo de dónde te agarras.

Dios, Jesús, y lo que nos deja desde su resurrección es MÁS, solo MÁS. Y entender eso es muy complicado cuando nunca lo has sentido. Porque es muy muy complicado explicarlo, es como si a un ciego de nacimiento le explicaras la diferencia entre azul y verde, y que hay más 50 tonos de colores entre azul y verde. Tal vez puedes explicar cómo es lo rasposo, o cómo es lo suave, pero los colores son difíciles de explicar. Así es ésta parte del evangelio.

 

Jesús llena tu vida de formas que no se pueden tocar, cuando le permites a Jesús vivir en tu casa, y te permites aparender de Él, y te permites tomarlo como ejemplo en cada momentito de tu vida, Jesús llena tu corazón, ves las cosas diferentes, sientes las cosas diferentes, buscas cosas diferentes, tus prioridades cambia, tu vida cambia, y siempre es a mejor, siempre, siempre cambias a mejor. Y cuando eso pasa, se te nota. Has oído eso de que de lo que esta lleno el corazón, la boca lo habla, eso pasa, no puedes evitarlo. Donde antes ves problemas, ahora ves compasión, donde antes ves carencias, ahora ves abundancias. Y eso hace que cambie tu vida, y que cambien las vidas de quienes te rodean.

 

Hoy el reto es alimentar tu corazón de Jesús, y cuando eso se te haga costumbre, tu boca hablará de eso. Infórmate, prepárate, lee, comulga, acompaña, sirve, Jesús siempre está ahí, nos toca darle chance de ser parte de nuestro viaje.

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