Saben cómo se ve la depresión? Saben a qué sabe la soledad? Han estado en el zapato de la espectativa? Seguro que sí, todos nos hemos sentido ahí y no.
Cuando la pandemia, se hizo popular la atención a la salud mental, y todo parecía encaminado a sanar, a mejorar. Yo creo que no. Yo creo que solo se ha hecho más consciente, pero no ha mejorado la salud mental de nadie.
Cómo te sientes tu?
De verdad.
Cuando te quedas solo, cómo vas contigo?
...
No avances más, espera, respóndete la pregunta. Cómo vas contigo?
...
Yo me he dado cuenta, que me quieren quienes me ocupan, quienes me necesitan, mientras me necesitan, aunque luego me olvidan. En ese ejercicio de ser querida porque necesitada, soy útil, soy servicial, he aprendido a hacer cosas que los demás necesitan que haga, y sí, no crean que soy tan ruin, hago muchísimas cosas sin esperar nada a cambio. Solo que al final, no hay cambio, no hay vueto, no hay regreso. Es cierto que estoy generalizando, es verdad que sí hay 5 personas que me aman honestamente. 5 en una ciudad de más de 20 millones, y eso sí es ruin.
Sé que no soy la única, habemos millones igual, incluso vamos estudiando documentos antiquísimos en los que dicen que un ser que jamás nadie ha visto, nos ama profundamente, le atribuímos los mejores actos fortuitos que alcanzamos a ver, que le pasan a quienes creen y a los que no creen en ese ser que nos ama, y está bien, porque creer aminora el dolor de la soledad, de la expectativa, nos da el pretexto de ser mejorables porque no vamos a alcanzar jamás tal perfección. El mejor pretexto para fallar: nunca poder alcanzar la perfección de ese ser que nadie conoce, pero que nos ama a todos.
Tampoco voy sola tratando de sanar las heridas en silencio, llorando a solas, sin que nadie vea mi dolor, ni el proceso de sanación o de no sanación, porque los demás no tienen culpa de tu dolor, cada quien carga con el suyo y nadie en su sano juico quiere agrandarle el dolor a otro, ni transladarlo, ni compartirlo siquiera. Así que inventamos el maquillaje, la cara bonita, las mejores actuaciones para no herir a otros con nuestro propio dolor.
Y cuando ya no cabe el dolor, porque no somos infinitos, sale, a veces sin control, y lastimamos a alguien, y eso tampoco va a terminar bien. Así que vas a disque sanar con un profesional, que sabe más o menos lo mismo que tu, pero que cobra, porque alguien le dio un papel que dice que sí sabe más que tu, aunque sabes que van en el mismo tren. Y te sugieren que pongas límites, que tu ser es prioridad tuva, así que los pones, todos vamos poniendo los límites que necesitamos para no ser tan heridos, alejándonos unos de otros porque no somos esos 5 que si nos amamos. Se acuerdan de Heidi? Entiendo perfecto a su abuelito, qué necesidad de vivir en un pueblo que te jode toda la vida, si puedes vivir tranquilo en tu casa, con tus borregos (o perros, o gatos), y una nieta que te visita de vez en cuando cuando necesita algo de ti. Y de nuevo el "te necesita".
Qué rara es la vida, y qué fáciles son las lágrimas.
Besos a quienes usan bien sus máscaras y maquillajes.
Nada para el resto.
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