Hay algunos momentos muy importantes en éste Evangelio, Juan nos relata
que Jesús se conmovió profundamente. La persona que ha entendido mejor el amor
en éste mundo, se conmovió por todos sus amigos, y quienes creen que son sus
amigos, solo los de la mesa? O seremos todos los que en cada misa, compartimos
la mesa con Él? A mi me parece correcto pensar que sus amigos somos todos. En
esa última cena, Jesús se conmovió por ti.
En un segundo momento, Jesús señaló a quien le traicionaría, y le dio
de su pan, luego lo mandó a hacer lo que tenía que hacer. Por costumbre,
suponemos que lo que tenía que hacer era vender a Cristo, pero qué tal si lo
que tenía que hacer era irse a orar porque los planes que tenía en su mente no
eran los más lindos? No lo sabremos. Y qué tal si te tocara a ti ser Judas? Qué
tal si Jesús nos mandara a hacer lo que tenemos que hacer luego de que nos de
el pan, cuál sería tu prioridad? Vender a Cristo? O apartarte a orar ese mal
plan que traes en la cabeza??
Hay un tercer momento, en que Pedro se apresura a decir en voz alta “Yo
daré mi vida por ti”, y Jesús le contesta que lo va a negar varias veces. Y si
nos toca ser Pedro?? Si fuésemos quienes de pronto negamos nuestra fe solo por
salvarnos, o por no quedar incómodos en alguna situación?
Hemos visto este evangelio siempre desde la barrera, hace un par de
semanas les contaba que ver así La Palabra del Señor es lo más cómodo, es como
ver una película, con tus palomitas, semana santa te pones Ben Hur, Marcelino
pan y vino, te enterneces 2 horas que dura la película y listo, a Pascua.
Cuando lo que toca es irnos despacito, como cuando bajas la escalera
pero agarrado del barandal, seguro otro te rebaza, tal vez hasta te empuje. Si
tu vas despacito, agarrado del barandal de Jesús, tal vez, no volvamos a
traicionar a nadie, tal vez nos detengamos antes de vender a alguien, tal vez,
y es el reto verdadero, podamos detenernos y conmovernos al ver a todas las
personas que nos rodean.
Que Dios nos ayude.
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