martes, 20 de agosto de 2024

Del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30

 De casualidad estuvieron ayer en la Celebración de la Liturgia?

El evangelio de ayer es el texto previo al de hoy. Lety y Alex nos comentaron en su homilía sobre el apego que tenemos al dinero, a la riqueza material y cómo usarla… cuando la tenemos verdad?

Hoy la Liturgia completa profundiza en ese aspecto, fíjense… Celebramos a un Santo que fue sumamente inteligente, taaaan inteligente que lo buscaban reyes y papas para que les diera consejos, les dijera qué hacer, que les ayudara a resolver los asuntos que iban surgiendo. El Tesoro más preciado de Bernardo era su mente, pudo haber hecho con sus ideas, lo que quisiera, pero decidió ponerlo al servicio de los demás.

En la primera lectura de ayer, Dios habló con Ezequiel, y le dice, mijito, te voy a quitar lo que más quieres, pero no te voy a dar tiempo ni de lamentarlo, porque tienes la obligación de servir a tu pueblo.

En la primera lectura de hoy, Dios mismo le manda un recado al Príncipe de Tiro y le dice, mijito, ya se te está pasando la mano de soberbio, de alzadito, te estas creyendo mucho, si sigues así la muerte que te toque no va a ser muy bonita eh!

El salmo hoy nos recuerda que quien da la vida es el Señor, y que perderlo a Él es perder la cordura.

El Evangelio de hoy no se queda atrás en recalcarnos la misma lección: Si te apegas a lo que no es Dios, no va a pasar nada bueno. Si te vas fijando en la vida en tener y acumular, te vas perdiendo de ser y de sentir, de entender y de servir. Y sí, en los textos habla de “riqueza” y por eso nuestra mente se va a pensar en monedas de oro y tener una cuenta bancaria con muuuchos ceros, pero eso no es, recordemos que los evangelios están todos escritos en parábolas. Qué cosa es tu riqueza? Qué es lo que atesoras como posesión preciosa? Tu coche? Tu casa? Tu título profesional? Tu cuenta del banco? Tu pareja?

Ojo!! Nadie está diciendo que no cuides de eso, todos vamos por la vida procurándonos bienestar físico y económico. Lo que desde ayer nos está enseñando la liturgia es dónde deberíamos colocar nuestras prioridades. Porque cuando primero ponemos la paz que nos da Dios, disfrutamos de todo lo demás; cuando primero compartimos el amor que Dios siente por nosotros, todo lo demás crece y se magnifica; cuando soltamos lo que no es importante, y atendemos lo que sí es importante para la tranquilidad y felicidad de los demás y la propia, pasar por el ojo de una aguja va a ser pan comido.

 

La tarea de hoy es de lo más complicada, porque es de revisarte en el espejo, donde no te puedes esconder de ti mismo, la tarea va de revisar en qué estás invirtiendo, si eso es importante, si eso es para bienestar tuyo y de los tuyos, si va a servir a tu comunidad para algo positivo. Y si no, y ahí está lo más complicado, habrá que corregirse uno mismo, habremos que redirigir los esfuerzos.

 

Y que Dios nos ayude con eso.






Besos a quienes logran pasar por el ojo de una aguja.

Nada para el resto.

Que el día de hoy somos todos.

No hay comentarios:

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26

Éste Evangelio es conocido por los exégetas, que son esto teólogos especialistas en explicarnos los evangelios, como el Evangelio de las bie...