miércoles, 10 de abril de 2024

Del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21

 Ésta homilía está pensada para las transmisiones en zoom, por eso algunas partes se refieren a "ventanas" o "Pantalla".


Quisiera que …  ABRIR PANTALLA … quisiera que alcen su mano, aquellos que han sido víctimas de (bueno, esa palabra es como fuerte, pero la vamos a usar de todas formas), aquellos que SE HAN SENTIDO víctimas de un chisme, ya sabes, éstos rumores que corren por la oficina, por los grupos parroquiales, por la escuela, por la calle entre vecinos… y de pronto te enteras que hiciste lo que no hiciste. Y te sientes mal y te sientes ofendido, y buscas al culpable y todo el rollo que ya conocemos.

Levanten su mano, aquellos papás o mamás, que tienen o tuvieron hijos adolescentes, a quienes les dijeron cosas feas, les hicieron una grosería o les faltaron al respeto. Y sintieron el corazón en mil pedazos y lloramos desconsolados.

Levanten la mano, aquellos que van manejando, o en el transporte público, y otro conductor les avienta el coche, les toca el claxon apenas cambia a verde el semáforo, o que te avientan en el camión para subir primero, y tu ibas bien, manejando relax, pero te prendiste con ese otro cafre desesperado. O mejor aún, quién ha sido ese cafre desesperado que se le avienta a todos y toca el claxon como si fuera deporte olímpico.

Quien ha recibido una mentada y se ha prendido? Quién ha recibido un regaño y al menos en la mente ha respondido feo inmediatamente? Quien conoce la venganza? Quién ha dicho o pensado eso de “pero el karma te va a caer encima”?

Ahorita que todos vimos los cuadritos de las pantallas, no todos levantamos la mano, pero podríamos decir que nos dio vergüenza porque todos conocemos esos sentimientos rasposos, esos que hasta nos dan agruras o gastritis o dolor de cabeza, o temblor de ojo cuando los seguimos rumiando y rumiando a veces hasta por años.

 El Evangelio de hoy parece que es el resumen de toooda la palabra de Dios, Dios nos ama profunda e incondicionalmente, nos manda a su hijo para que entendamos, para que conozcamos, para que veamos, para que palpemos ESE amor precioso y perfecto que Dios siente por ti y por mi. Y luego dice que el que crea se salva y el que no crea se condena.

 Se condena a qué? Al infierno después de la muerte? O se condena a estar rumiando ese odio y ese rencor por la persona que te aventó el coche en insurgentes? Se condena a un castigo futuro incierto? O se condena a esa gastritis y al dolor de cabeza perpetuo porque alguna vez, uno de mis hijos me contestó feo luego de que lo regañé? Se condena a que San Pedro no lo deje entrar al cielo después de muerto? O se condena a ir apagando ese corazón, se condena a perder esas ganas de estar contento porque sí, porque salió el sol, se condena a perder ese impulso de salir y conocer a otras personas, y aprender una habilidad nueva, y leer un nuevo libro, y no ver, no poder notar la fabulosa preciosidad que es tener vida.

 Dios nos ama tanto que nos da todo, y a veces, nos ocupamos más en recibir el castigo, nos ocupamos tanto en ver la falla en otros, que se nos olvida disfrutar lo que sí tengo.

 Éste Evangelio nos lo ponen en la Pascua porque aunque no han pasado ni dos semanas de éste apabullante suceso de Cristo Resucitado, y ya se nos está olvidando que deberíamos vivir en un júbilo diario. Dios me creó, así como spy, me hizo a mano, Dios me despertó hoy, Dios me regaló ésta habilidad de _(piensa en lo que mejor haces, y que más te gusta, aunque parezca que no sea útil)__, Dios me está dando la oportunidad de gozar de una familia, Dios me deja sentir el calor del sol y la humedad de la lluvia, Dios me está dando HOY TODO. Y yo de qué voy llenando mi corazón? Soy tan agradecida con Dios que en mi corazón CABE la grosería que me hicieron? Soy tan amada por Dios que en mi corazón jubiloso tengo cabida para planear cómo contestarle al que me toque el claxon? Soy tan preciosamente creada por Dios que mi alma tiene tiempo para planear venganzas??

 Yo no estoy diciendo que no tengamos todos éstos sentimientos, porque los tenemos, todos. Yo no te estoy señalando como malagradecido ni como un alma perdida, porque déjame decirte que todos vamos igual. Es más, ni siquiera soy yo la que pone hoy la tarea, es Dios quien hoy viene a recordarnos, que nos ama tanto que nos da todo, y que al creer en Él, lo vamos a poder disfrutar todo.




Besos a quienes leyeron hasta acá.

Nada para el resto.

No hay comentarios:

Del Santo Evangelio según San Juan 12, 44-50

  Seguimos de pascuas!! Hace un par de días, una gran amiga nos preguntaba, ¿logramos recordar cuál fue nuestro primer miedo? Toma un segu...