Ésta homilía está pensada para las transmisiones en zoom, por eso algunas partes se refieren a "ventanas" o "Pantalla".
Quisiera que … ABRIR PANTALLA … quisiera que alcen su mano, aquellos que han
sido víctimas de (bueno, esa palabra es como fuerte, pero la vamos a usar de
todas formas), aquellos que SE HAN SENTIDO víctimas de un chisme, ya sabes,
éstos rumores que corren por la oficina, por los grupos parroquiales, por la
escuela, por la calle entre vecinos… y de pronto te enteras que hiciste lo que
no hiciste. Y te sientes mal y te sientes ofendido, y buscas al culpable y todo
el rollo que ya conocemos.
Levanten su mano, aquellos papás o mamás, que tienen o tuvieron hijos
adolescentes, a quienes les dijeron cosas feas, les hicieron una grosería o les
faltaron al respeto. Y sintieron el corazón en mil pedazos y lloramos
desconsolados.
Levanten la mano, aquellos que van manejando, o en el transporte
público, y otro conductor les avienta el coche, les toca el claxon apenas
cambia a verde el semáforo, o que te avientan en el camión para subir primero, y tu ibas bien, manejando relax, pero te prendiste
con ese otro cafre desesperado. O mejor aún, quién ha sido ese cafre
desesperado que se le avienta a todos y toca el claxon como si fuera deporte
olímpico.
Quien ha recibido una mentada y se ha prendido? Quién ha recibido un
regaño y al menos en la mente ha respondido feo inmediatamente? Quien conoce la
venganza? Quién ha dicho o pensado eso de “pero el karma te va a caer encima”?
Ahorita que todos vimos los cuadritos de las pantallas, no todos
levantamos la mano, pero podríamos decir que nos dio vergüenza porque todos
conocemos esos sentimientos rasposos, esos que hasta nos dan agruras o
gastritis o dolor de cabeza, o temblor de ojo cuando los seguimos rumiando y rumiando a veces hasta por años.
El Evangelio de hoy parece que es el resumen de toooda la palabra de
Dios, Dios nos ama profunda e incondicionalmente, nos manda a su hijo para que
entendamos, para que conozcamos, para que veamos, para que palpemos ESE amor
precioso y perfecto que Dios siente por ti y por mi. Y luego dice que el que
crea se salva y el que no crea se condena.
Se condena a qué? Al infierno después de la muerte? O se condena a
estar rumiando ese odio y ese rencor por la persona que te aventó el coche en
insurgentes? Se condena a un castigo futuro incierto? O se condena a esa
gastritis y al dolor de cabeza perpetuo porque alguna vez, uno de mis hijos me
contestó feo luego de que lo regañé? Se condena a que San Pedro no lo deje
entrar al cielo después de muerto? O se condena a ir apagando ese corazón, se
condena a perder esas ganas de estar contento porque sí, porque salió el sol,
se condena a perder ese impulso de salir y conocer a otras personas, y aprender
una habilidad nueva, y leer un nuevo libro, y no ver, no poder notar la
fabulosa preciosidad que es tener vida.
Dios nos ama tanto que nos da todo, y a veces, nos ocupamos más en
recibir el castigo, nos ocupamos tanto en ver la falla en otros, que se nos
olvida disfrutar lo que sí tengo.
Éste Evangelio nos lo ponen en la Pascua porque aunque no han pasado ni
dos semanas de éste apabullante suceso de Cristo Resucitado, y ya se nos está
olvidando que deberíamos vivir en un júbilo diario. Dios me creó, así como spy, me hizo a mano, Dios me
despertó hoy, Dios me regaló ésta habilidad de _(piensa en lo que mejor haces, y que más te gusta, aunque parezca que no sea útil)__, Dios me está dando la
oportunidad de gozar de una familia, Dios me deja sentir el calor del sol y la humedad
de la lluvia, Dios me está dando HOY TODO. Y yo de qué voy llenando mi corazón?
Soy tan agradecida con Dios que en mi corazón CABE la grosería que me hicieron?
Soy tan amada por Dios que en mi corazón jubiloso tengo cabida para planear
cómo contestarle al que me toque el claxon? Soy tan preciosamente creada por
Dios que mi alma tiene tiempo para planear venganzas??
Yo no estoy diciendo que no tengamos todos éstos sentimientos, porque
los tenemos, todos. Yo no te estoy señalando como malagradecido ni como un alma
perdida, porque déjame decirte que todos vamos igual. Es más, ni siquiera soy
yo la que pone hoy la tarea, es Dios quien hoy viene a recordarnos, que nos ama
tanto que nos da todo, y que al creer en Él, lo vamos a poder disfrutar todo.
Besos a quienes leyeron hasta acá.
Nada para el resto.
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