miércoles, 24 de abril de 2024

Del Santo Evangelio según San Juan 12, 44-50

 RESPIRA...


Seguimos de pascuas!!

Hace un par de días, una gran amiga nos preguntaba, ¿logramos recordar cuál fue nuestro primer miedo? Toma un segundito, no es a lo que le tienes miedo ahorita, si no a lo que tenías miedo de chiquitito. La mayoría de nosotros le teníamos miedo a la obscuridad. Y de eso va el Evangelio de hoy, obvio no del miedo, si no de la obscuridad y de la luz.

Llevamos la pascua leyendo Evangelios en los que tratamos de entender qué fue lo que pasó con Jesús, y qué es lo que va a seguir después, porque el cambio es grande, porque el proyecto es tremendo, parece inalcanzable, porque en ese momento los sucesos les cayeron de sopetón y quedaron todos así como medio desubicados. Además!! Jesús va preparando a quienes lo siguen escuchando ya resucitado, a lo que sigue después, al siguiente paso, porque de eso va la vida, es siempre un eterno “a lo que sigue”.

Y para que el siguiente paso no nos parezca tan inalcanzable, y que tampoco nos parezca que Jesús TIENE que estar físicamente todo el tiempo, y que solo Jesús puede hacer las cosas, Jesús nos deja en claro hoy DOS cosas:

Primera: Nos vuelve a recordar, que las cosas que hizo y dijo, en realidad las hizo y dijo El Padre, que Él no se manda solito, y que si creemos y hacemos caso a lo que Jesús ha dicho, le estamos haciendo caso a quien lo envió a Él, al Padre. Pero es o no es todo… también nos deja claro, que...

Segundo: Él, Jesús, es la luz que vino a iluminarnos el camino. Porque la verdad el Padre nos vio tan norteados, que mejor nos mandó al faro de luz, a la linterna, a la candela que nos alumbre. Porque sin la iluminación correcta, nos perdemos. Y en éste punto es donde debemos agarrar al toro por los cuernos, aquí, en la iluminada, es donde tenemos responsabilidad, porque tipos y formas de iluminar hay muchas, revisa tu propia casa, tienes lámparas con focos que iluminan directo, tienes focos que iluminan reflejando sobre la pared, tienes focos de luz blanca, tienes focos de luz cálida, he visto que ahora hay un foco de Alexa que ilumina de colores conforme tú le des la instrucción, vamos, que Jesús es LA LUZ, pero tú decides cómo usar esa luz.

Jesús es SOLO la luz, y un rayo de luz en realidad no tiene color, pero ilumina y da el color en el reflejo. Has visto los atardeceres? A veces son anaranjados, a veces morados, a veces rosas, y no es que la luz sea diferente, es que las partículas en el aire reflejan la luz de tal manera que dan esa tonalidad. Pues así, igualito, tú decides cómo reflejas la luz, si a medias y dejas tu reflejo tenue, si permites que se ilumine TODO, si mejor te colocas una cortina para que no entre de lleno la luz, si mejor te metes en el baño o en el closet donde no te de nada de luz; y como el foco de Alexa, tu también decides qué filtro ponerte para reflejar la luz que te toca y que inevitablemente rebota en ti, porque la LUZ de Jesús no solo viaja en una sola dirección, la luz baja en ti, y rebota en ti, la reflejas, la compartes.

Cuando conoces a Jesús, y lo entiendes, y te das cuenta que Jesús vino a decirte que te ama con pasión locura y desenfreno, y que te ama tanto que ese amor no cabe en ti, de forma inevitable haces un regadero de amor, la cosa es que te dejes querer, te dejes ser amado, te quites tu armadura de nadie me quiere, tu letrero de no puedo, que te procures lo que sea que necesites para saberte hecho a mano, que te mires al espejo y digas, VAYA!! QUÉ CHULADA!! DIOS ME HIZO ASÍ A PROPÓSITO!! Y además, que compartamos ese mismo camino con quienes vamos al mismo tiempo, en éste mismo tiempo de vida.

Hagámonos responsables de lo que reflejamos, y para eso, de lo que recibimos.




Besos a quienes se saben espejo, y lo aprovechan.

Nada para el resto.




Me encantaría saber quiénes leen ésto, deja un comentario o envíame una nota ;)

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