miércoles, 26 de febrero de 2025

Del santo Evangelio segun San Marcos 8, 22-26

Qué bonito no?

Éste es otro evangelio que ya viene con su propia explicación.

Jesús se fija en lo que te duele, en tu enfermedad, en tu impureza. Que bien puede ser una enfermedad pero lo más seguro es que sea algo más profundo que solo un virus o una bacteria, o una infección meramente médica.

Hoy nos hace incluso un listado de dolores y pesares:

Las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad

Y podríamos alargar la lista, porque a cada uno de los presentes nos duele otra cosa que bien podría estar aquí en la lista.

Los dolores de la humanidad son más importantes para Dios, que ninguna otra cosa.

Cuando Jesús toca nuestras vidas, o mejor dicho, cuando nosotros le permitimos tocar nuestras vidas, nos endereza la joroba de las penas, queramos que no, cuando dejas que Jesús viva en tu corazón, te gana la generosidad cuando antes te ganaba la envidia, cuando dejas que Jesús viva en tu casa, te gana la verdad cuando antes te ganaba la mentira, cuando invitas a Jesús a sentarse en tu mesa a comer, te gana el amor cuando antes te ganaba la desidia.

 Los dolores de la humanidad son muchos, siempre ha habido, no creas que el evangelio se escribió apenas ahorita que la delincuencia se desató, Marcos no escribió éstas palabras apenas ahorita que hay guerra en Israel o en Ucrania o apenas desde que Sirios salen a buscar refugio en otros países, éstas palabras llevan escritas casi 2000 años, y antes de eso esos dolores ya eran conocidísimos por todos, sin importar región geográfica, o religión, ni cultura, ni color de piel.

 Pero yo creo, que tu y yo quisiéramos que nosotros, seamos los últimos que conocen en carne propia éstos dolores, todos queremos la paz mundial, y que termine el hambre, y que los gobiernos sean justos y muy respetuosos para todos. Todos lo queremos. Así que hoy más que nunca, hoy que somos conscientes de poder cambiar nuestra propia conciencia, nuestras propias actitudes, nuestras propias acciones, tenemos la responsabilidad de que la siguiente generación hable de los dolores de la humanidad solo en clase de historia y no en carne propia. Ya fue suficiente.

 Y para eso, a mi qué me toca cambiar? Me toca desde lo más sencillo, hasta lo más complicado. Me toca ser más puntual, para respetar el tiempo de los demás, me toca ser más paciente, para permitirle a otros la libertad que quiero para mi, me toca ser ecologista, para respetar el sitio en el que vivo, me toca ser… qué te toca? Honestamente, qué te toca?

Tengo por costumbre, buena o mala, que al final de la homilía yo les digo cuál es la tarea del día, y resulta bien fácil porque ya no tenemos ni que pensarla, bueno, pues hoy no va así.

Se acuerdan del papelito que les pedí al inicio?

Les voy a invitar a que escriban ESO, lo que sea que tu decidas, que es tu tarea de la semana, dobles el papelito y lo dejas ahí junto al cirio. No para pedir, aguas, porque somos muy buenos pidiendo, ésta tarea es para comprometerte, no como promesa jurada, sino como cambio en ti, para bien de los demás!!










Besos a los que se comprometen a un mundo mejor
Nada par el resto.

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