A casi todo me he ajustado.
No extraño las multitudes. No necesito ir a la oficina diario. No me urgen las compras de lo que no necesito.
Lo que si extraño es un abrazo. Uno que selle el cariño. Uno que sostenga al amigo. Uno que no urja el final. Y tal vez, solo tal vez, lo extraño desde hace muchos años. Tal vez tampoco sea nuevo...
Tal vez me chocaban las multitudes desde antes. Tal vez no necesitaba ir a la oficina. Tal vez nunca me gustaron las compras. Solo tal vez...
De lo único que tengo pruebas, es que las lágrimas de este año, salieron cuando no pude estar con mis amigos, no pude abrazarlos.
Besos a quienes abrazan, con ganas de abrazar.
Nada para el resto.
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