Ya disque regresamos a la rutina. Los críos a las escuelas. Los padres a los empleos, los albergues temporales sacan a todos en 9 días y a ver a dónde se van todos...
La ciudad esta en silencio. Ese silencio del que esta pendiente de los sonidos de las alarmas, las alertas, las sirenas. Del que hace un alto total y pide el silencio ajeno para identificar un ruido. Estamos ausentes, acompañados aún del miedo, haciéndonos los machos o los chistines.
El hambre ya se asoma...
Bienvenidos a los juegos del hambre!
Y que la suerte esté siempre a nuestro favor...
Besitos a quienes se dan cuenta.
Nada para el resto.
martes, 3 de octubre de 2017
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Del santo Evangelio según san Marcos l, 29-39
Éste Evangelio me gusta para que se llame: Fíjate bien lo que pides. Cuando Jesús va predicando, cuando va enseñando de sinagoga en sina...
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