Anda muy de moda ésto del desapego, de soltar, dejar ir... y está bien padre!!
Cuando te aferras a una cosa, o sufres por perder un pantalón, o te liberas por soltar un sentimiento, así sí está padre.
Pero desapegarte de tu familia?? Desbaratar tu propia raíz y dejar ir la compañía, la responsabilidad, el apapacho, eso no está tan padre, no lo acepto, no lo apruebo, lo reclamo y hasta lo marco con plumón en el calendario.
Saber que muy seguramente es la última Navidad de tu mamá, su último festejo de cambio de año, y decidir largarte para no opacar el tuyo, creo que es una mezquindad de alma. Y no, mi nivel de desapego no me permite olvidar ésta clase de decisiones y al verlos hacer como si nada. Ya bastante hago con ponerle buena cara a la promiscua, saludar al interesado, soportar a la gritona dramática e ignorar a la chismosa levanta falsos.
Besos a quienes recuerdan lo que les enseñó la matriarca.
Nada para el resto.
sábado, 31 de diciembre de 2016
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